L’environnement
Huesca y su comarca constituyen un espacio abierto, aún por descubrir en su belleza y en sus múltiples posibilidades para una estancia reposada o de ocio activo. O también para alternar ambas, disfrutando singulares rincones y edificios de la ciudad y los pueblos, el recuperado patrimonio artístico y natural, la peculiar configuración del paisaje, único y diverso, y la emoción de una naturaleza viva.
En la comarca de la Hoya, a menos de treinta minutos, el castillo de Loarre, la fortaleza románica mejor conservada de Europa, los Mallos de Riglos y Agüero y un sinfín de pueblos con encanto e historia.
Poder jugar al golf, en Arascués-Nueno, practicar el windsurf en Arguis y Tormos, descender ríos en canoa o rafting en el Gállego, puenting, pasear a caballo en Huesca, o incluso a camello en Tardienta, escalar en Vadiello, volar en parapente, en velero o avioneta, descender barrancos adentrándose en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, relajarse en un Spa, disfrutar de excursiones y actividades accesibles…, todo tiene cabida en Huesca.
Finalmente, breves desplazamientos, en torno a una hora, permiten acceder al esquí en Formigal, Panticosa, Astún, Candanchú o Cerler, y a toda la riqueza ambiental e histórica de las comarcas y condados del viejo Reino de Aragón, visitar el Parque Nacional de Ordesa, el Valle de Ansó y Hecho, el Aragón, Valle de Tena, de Benasque, el Somontano, observar las bellezas de las cimas pirenaicas, el arte del Serrablo, Sobrarbe y Ribagorza y la joya oculta de los Monegros.
